Tremendo título ¿verdad?...esa es la libertad que existe en las canciones de merengue, reggaetón, tropipop, etc.. Pero, ¿qué onda con eso ah?...Si a mi se me ocurre ir a cantarle eso a alguna persona (lo cual sería bien divertido), de seguro me mandan a la casa del ritmo. "Te compro tu novio" - no, no está en venta...!"·$%&/()=(/&%$· y quién sabe qué más.
Pero gracias al merengue tenemos unos grandes referentes que nos dejan decir cosas como: "y que no te digan en la esquina: el venao, el venao" a cualkier pobre cachudo que vaya por la vida; o sino "..así como el baile del perrito" en alguna ocasión para explicar aquel pasito con las manos sobre las rodillas; no se olviden de "sopa de caracol, hey!" y ese movimiento tosco de cadera, que después de bailar un minuto, te quedas tieso por el dolor de bazo. La lambada es un poco más decente en cuanto a letra, pero el momento de bailar, cada uno lo hace a su conveniencia: "mira, esque la pierna si debe ir bien changada" - "esto si que se baila pegadito" - "juro que la mano derecha va en la espalda baja".....y mil pretextos para sofocarse en el baile.
Ojo que no estoy juzgando, solo lo repaso y mientras lo escribo, me río ¡sin miedo alguno!
Sin duda las oldies son tremendos personajes al momento del recuerdo, porque en esas épocas eran EL HIT.
Qué risa Chaulafanita: Mis prejuicios con la vida edulcorada que presentas en tu blog son tan inmediatos que a veces me olvido que estás haciendo lo mejor que puedes para vivir una juventud que coherente (con lo que sea, pero bah, es un inicio). También me olvido que detrás de las gafas y la música no hay una verdadera mala intención, sólo un presente bien fuerte y nada más.
ResponderEliminarAsí que ¡voilá! yo me desahogo y tú sigues con el pop. Mañana nos cruzamos por la 12 de O. y sigo suspicaz de las muchachas con gafas oscuras, mientras tú... (eso no lo sé ni importa en realidad).